Carlota se había fijado que la bisabuela también llevaba colgado del cuello un collar, y parecía un collar simple, de cuentas y sin mas. Pero tenia algo especial así que decidió observarlo desde más de cerca, y cogió una silla de su habitación para subirse en ella y ademas cogió una lupa. No había visto alguno igual entre tantos que había visto de su madre, ya que tenía mas de cien. Las cuentas eran cuadradas en vez de redondas, y tenían un color amarillento, que tal vez seria por el paso del tiempo. En cada bola del collar había aplicaciones de hilo de oro fundido en cristal, que hacia diferentes formas cada una. Y además tenia incrustadas otras bolitas de cristal opacas redondas de miles de colores cada una con distintos dibujos de flores. En el cuadro el collar estaba pintado por el artista muy meticulosamente, y por alguna razón Carlota, se pregunto si tendría algo que ver con aquel extraño pintor.
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